Después hay de todo, como de todo hay en la viña del señor. Hay el Asmático que peta y es como un pescadito recién pescado, el pobre respira por las agallas y branquias, que no por los bronquios y boquea igual y ahí y cuando me toca uno, entiendo que hay dos formas de morir que no deseo: una morir por falta a aire, como el asmático y otra es morir quemado . Pues la primera, es morir de angustia y la segunda, es morir por el dolor que te produce.Hay el Politrauma, que es un tío roto por todos lados y el TraumatismoCraneoEncefálico (TCE), que es lo mismo que tener el cerebro hecho papilla y en estos dos casos, mueren o viven según la intensidad de la hostia que se han metido y si se van un rato al otro lado, no hay forma de recuperarlos, si se van, se van con todas las consecuencias, en eso si son radicales. Hay los infartos, y estos si que son agradecidos y si llegas a tiempo y los tratas como toca, tienen un buen o un buenísimo pronóstico.
Las Paradas, ¡¡ay!! las paradas, las paradas ya son otra cosa, empezando que muy pocas salen adelante, pero como salen algunas, pues caña al mono. Siempre que tengo una parada tengo curiosidad de preguntarle al paciente que hay al otro lado, ¡me muero por saberlo!. Lo malo del tema es que si salen, salen inconscientes y con un tubo metido por su boca y que va conectado al respirador, con lo cual es difícil que te respondan. Pero en mi experiencia esa es la clave del asunto, el momento en que vuelven del otro lado, pues más tarde ya no se acuerdan de nada.De hecho me encontré con algún resucitado y no se acuerda de nada, pero siempre está a su lado su mujer o su hijo que le dice: "Papá éste señor es el que te salvó", nunca dicen el que te salvó la vida, sino el que te salvó y no sé el porqué. Y el tío me mira con ese vacío en sus ojos y como diciendo: "Hijo si tú lo dices" y "tú quién eres" y lo dice por mi y te mira de nuevo entre resignado o condenado a vivir de prestado. Y eso te desconcierta pues no sé si el tío está agradecido o simplemente está tan desconcertado como lo estás tú.
Yo creo que el quid de la vida está en el otro lado, pues si el otro lado está cojonudo, no habría que pensárselo dos veces, directamente al hoyo y se acabó el asunto y si está mal, pues nada, toca hacer lo que hacemos ahora, es cagarnos de miedo en cada aviso o posibilidad de morirte. Y si es ni fu ni fa, pues será cuando dios quiera y punto. Pienso que si la clave está en ese momento habría que ponerle al viajero interestelar un buen chute del suero de la verdad y que suelte lo que de verdad hay al pasar la frontera, pero tiene que ser justo en ese momento, en el momento en que acaba de aterrizar.Por último hay un batiburrillo mezclado. Hay Partos en que siempre cruzas los dedos para que no nazcan ni cruzados, ni de culo, por las seguras complicaciones y además, que no le deseas a nadie que nazca de culo, pues menuda vida le esperaría. Hay Niños y estos son el colmo del agradecimiento, nunca y nunca puedes dar a un niño por muerto, pues estos si que vuelven del otro lado más fácilmente y responden a la medicación como un milagro. Hay cuchilladas y navajazos. Hay Quemados, hay Suicidios conscientes y otros para llamar la atención, en fin hay tanto, que hasta podría escribir un libro.
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