SUEÑO CON SERPIENTES

A veces los sueños te dejan un regalo, te dejan esa sensación ya olvidada por el proceso del pensamiento, esa sensación de dèja vú y de repente cuando despiertas, te viene un torrente de recuerdos en que has tenido esa misma sensación o pensamiento. Hoy por ejemplo, soñé con una vieja amiga y que en aquellos tiempos aparte de cultivar nuestra amistad, de vez en cuando nos enrollábamos y la verdad es que tengo buenísimos recuerdos de ambas cosas.

Bueno vamos al caso, sino me salgo, pues eso en el sueño estaba con ella y tonteando los dos y hubo un flash o un momento que me pasa como un rayo por mi cabeza y pienso que ¿porqué doy rollo si en realidad no me apetecía enrollarme en ese momento? y ahí acaba esa sensación. Pero esa sensación me dejó tocado, pues sabía que en el sueño me acabaría enrollando por cojones y en la realidad también. Y eses el tema al que voy y que me pasó un montón de veces, que yo sin tener ganas y ella sí, me dejaba llevar por ella.

Claro que se puede decir, pues no pasa nada y de paso te echabas un polvete y tan contentos, visto así puede ser, pero visto más profundamente, ya no da igual. Porque esa sensación de no hacer lo que  tu quieres y cumplir el deseo de la otra persona, se va acumulando en tu cerebro y de cada vez te vas sintiendo como un pelele. Y es que además el tema no sólo era por complacer a la otra persona, que también, el tema era que yo hacía el papel de perrito fiel, por miedo. Miedo a quedarme sólo, miedo a desastibilizarme, miedo a no tener apoyos, por tanto hay mucho de egoísmo en éste asunto.

Pues esa sensación se repitió muchas veces en mi vida y creo que es la primera que la expreso verbalmente, pues hasta ahora cuando me aparecía simplemente la rechazaba, no era capaz de interpretarla. Me sentí un muñeco de trapo muchas veces y es que llegué a tal punto con éste tema, que hasta llegué a aparentar que alguien en concreto me gustaba y hasta hacer pareja estable con ella y todo por dos cosas: porque ella quería eso y sobre todo, porque en el fondo era la única forma de no estar sólo. Egoísmo puro y duro y más sensación de pelele. Estas sensaciones en los sueños, son como serpientes que salen entre los recuerdos y después ellas se van, pero el veneno lo dejan contigo.

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JULIO CORTÁZAR