Quizá y sólo quizá, si uno levanta varias capas de piel, podrá ver lo que hay detrás de la apariencia del ser humano. Apariencia o como dice la RAE, "Como que parece y no es". Pues si señores así andamos por la vida, aparentando lo que no somos. Yo parezco un ser tranquilo y en realidad soy un animal enjaulado y que no mato porque sino me condenan hasta la eternidad. Esto que digo es figurativo, porque de momento no me da por querer matar a nadie, pero eso sí, por cortarle los huevos o las piernas o arrancarle las entrañas a muchas o algunas personas, eso si que lo tengo que reconocer, que sueño con que algún día pueda cumplir mi deseo oculto.Porque todos tenemos deseos ocultos y bien escondidos y no todos tienen que ver con venganzas de sangre. A veces deseamos a otra persona y que por circunstancias personales y sociales no somos capaces o no queremos o no podemos cumplir ese deseo. Es verdad que no somos animales y por tener un deseo, éste se tenga que cumplir. Somos animales inteligentes y en cada pensamiento estamos valorando si ese pensamiento se puede o no se puede cumplir y sobre las consecuencias que puede traer.
Cuando uno rompe con algo establecido se dice, ¡veis como se puede hacer! y lo dice, porque en el fondo tiene miedo a quedarse sólo en el paso que acaba de dar. Y por eso ¿ha hecho mal?, pues no, ha hecho lo que quería hacer, pero el cerebro es más listo de lo que creemos y por tanto está valorando al mismo tiempo las consecuencias de esa acción.Y quién no tenga en cuenta su valoración, más tarde lo pagará o mejor dicho, te lo harán pagar. Pues los humanos somos seres envidiosos y si vemos que alguien ha roto con lo preestablecido, en principio vamos a por él. Y a veces somos bestias insaciables y vamos a comerlo en crudo y en vivo. Y en otras, somos más sutiles y buscamos los puntos débiles que esa persona pueda tener o sea buscamos su vulnerabilidad. Y suele pasar que cuando se coge ésta segunda opción, no atacamos de frente, sino por detrás. Se buscan los marrones que en su vida haya podido tener.
Y lo peor de todo, es que esa mierda y bazofia de cotilleo sobre su vida personal, entre al final en nuestra valoración. Admiramos a los dioses y por eso admiramos la perfección, pero los admiramos porque somos seres imperfectos y cuando ante esto, no debía pasar nada, ya que somos humanos, pues es al revés, juzgamos sin tener compasión, como si fuéramos pequeños dioses y que no entendemos la debilidad del lado humano. Somos seres tiranos y carecemos de compasión.
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