¡REBELIÓN EN LA GRANJA!

No sé quién me lo decía el otro día, pero más o menos venía a decir, que mis escritos eran un tanto tormentosos. Y yo me quedé pensando, pues sí, de vez en cuando lo hago y es muy saludable para mi cerebro, como se dice, pienso luego existo y me dije para mis adentros, pues si sabes todo lo que me corto y por tanto guardo en mi bolsillo interior, igual que Doraemon y su puñetero bolsillo y que tanto tuve que sufrir cuando mis hijos eran pequeños. Pues eso si yo contara lo guardado, dirían que soy Lovecraft, el escritor más maldito de los malditos o eso me parecía cuando lo leí.

Yo no soy Lovecraft desde luego, ni lo soy ni lo intento y menos pretendo. Yo soy yo y de vez en cuando soy el hombre araña o la mujer pantera, según el sexo que prefiera, pero desde luego no soy Superman, el héroe más odiado y más endosiado, por lo menos por mi parte. No soy ese reportero atontado que se enamora de su compañera de redacción y que no se la tira porque Superman es gilipollas y la tía es del Opus Dei, bueno lo es en su lado humando, en el de héroe es más que eso, es gilipollas al cuadrado.

Y el tío no duda ni tiene tentaciones, ni siquiera tiene emociones, es un yanqui de pro, es un yanqui neocom, ya que el no pretende arreglar el mundo, sólo se cuida de que todo funcione y castiga al malo y al mal, porque lo dicen las leyes y él, aunque superhéroe es obediente al orden, al orden establecido. Se trata de eso de ser el mejor perro de la perrera y por eso es un Doberman que cuida de que sus ovejas sigan el carril que les corresponde y estén tranquilas dentro del redil.

 Y puse el ejemplo de Superman, pero hay muchos otros, hay ejércitos, hay mercenarios a sueldo, hay policía y con todas sus ramas, hay espías, hay científicos, hay en fin, un mundo paralelo puesto a disposición de los que mandan. Nosotros somos las lindas ovejitas de su rebaño y de vez en cuando nos rapan al cero y nos cardan la lana y mientras tanto seguimos pastando y así les damos más lana y también le damos más carne.

 De vez en cuando aparece una ovejita que se disfraza de Bin Laden y pone bombas en el establo, pero ahí está el Superman de turno y su pelotón de élite yanqui y van a su casita y en plena noche y  liquidan a la ovejita negra y de paso a toda su familia. Lo cual en parte está bien, pues nunca se gana matando a seres humanos y ni hay causa que lo justifique, pero ellos, los Halcones de la tierra, no son los salvadores de nada, además de que usan los mismos métodos que Bin Laden, el terror y el asesinato sin distinciones y son sólo los salvadores del poder establecido.

Por eso y acabo ésta perorata, yo lucho contra el poder establecido y no me apoyo en personajes siniestros y asesinos, yo me apoyo en los que están como yo o peor que yo, hablo de los que luchamos por liberarnos y liberar a los que están peor que nosotros, hablo de los que no queremos fronteras, ni cadenas y la única frontera es el lugar al que aún no llegamos o alcanzamos, pero que seguro que llegaremos y de las cadenas las únicas que me valen son las que están rotas. Y ya sé que soy un idealista de mierda, pero prefiero ser un idealista de mierda, que una oveja más del redil, que engorda, les da lana y les sirve de alimento.Como decía el nombre de esa novela, ¡Rebelión en la granja!.




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JULIO CORTÁZAR