Es simple, todo es más simple de lo que parece. Porque en el fondo complicamos las cosas demasiado y de una china en el zapato hacemos una losa inmensa y pesada y yo soy el primero en hacerlo, pues cuantas veces me ahogo por una tontería. Claro que hay quién diga que a veces esa última tontería que nos ha desequilibrado es un símil a la última gota que ha rebosado el vaso. Y si puede ser eso, pero lo que yo veo es que se usa en exceso, es decir que nos sirve de coartada para sentirnos más víctimas. Y ya sé que no es siempre, pero también es verdad que ocurre más veces de las necesarias, por lo menos es lo que me pasa a mi.Por decirlo de otra manera hay días en que uno busca el sentirse desgraciado, es como si te lo pidiera el cuerpo y entonces la cosa se resume en buscar argumentos para estar acorde con tú pensamiento vital de ese día. Desde ese momento te dedicas a buscar en el baúl de los recuerdos y en los puntos más negros de tu actual situación y siempre encuentras algo, porque siempre hay motivos y que si no se contraponen con otros más positivos, te llevan directos al sentirte mal.
Y vale ya estás mal, ya lo has conseguido y ¿ahora qué?. Pues ahora te queda un curre que te cagas, primero sentirme mal hasta el fondo del pozo, después cuando ya lo has tocado, te toca pensar que no puedes estar así de mal y entonces trazas un plan de salvamento para salir del entuerto. A continuación, vas aplicando ese plan, pero siempre se falla en algo y vuelta a pensar de nuevo. Lo vuelves a planificar y lo vuelves a intentar y así nosecuantas veces. Y al final sales sin saber como has salido, ni plan A, ni plan B. sales porque sales y la mayor parte de las veces sales por una casualidad con la que no contabas. Os fijáis, que cuanta energía hemos perdido y total para volver al principio, a que estás bien pero tienes una china en el zapato y...
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