Yo veo al mundo distinto,y lo veo así y desde el cristal de mi ventana,
y hoy lo veo,
lleno de nubes negras,
y ayer lo veía claro y cálido
y mañana lo veré diferente,
quizá lo vea limpio y blanco,
y sin contaminación acústica,
o eso me gustaría,
ver al mundo desnudo
y sin prejuicios,
limpio de mezquindades,
y sabroso como un cordero.
Porque yo soy un accionista más,
un accionista más de esa empresa,
y de esa empresa, ¡que es la Tierra!,
la Tierra es mía y de miles de millones,
y todos somos dueños y accionistas,
y todos tenemos un trozo de terreno,
y una palabra en la punta de la boca,
¡BASTA!.
Me encantaría gritar ¡BASTA!,
y gritarlo y todos al unísono,
nuestro grito sería como un meteorito,
y que viene desde el lejano espacio,
y tendría ese poder de lo divino,
o ese poder de cambiar las cosas de sitio,
y con
la consecuencia de limpiar las mentes,
¿Sueño?, es posible,
¿Alucino?, pues que pasa,
si yo alucino siempre,
alucino, reivindico y pienso,
y a veces, me acuerdo,
me acuerdo de que éste mundo,
y de que éste mundo, repito,
también es el nuestro.
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