Y son casi las 7 de la tarde y el Grajo debe volar bajo, porque hace un frío del carajo. Hoy es frío y frío y frío de que se me congelan los pies y eso que tengo la caldera a tope. Los pies y su temperatura, los pies son los que indican mejor la temperatura del cuerpo. Se debía poner el termómetro entre los dedos de los pies y no en el sobaco o en el culo, pues los pies son mucho más sensibles, por lo menos lo son los míos.Yo sin tener los pies calientes no soy capaz de sobar en la cama. Me acuerdo que en mi tierna infancia y dado el frío que había en mi casa, tenía que calentar el agua y para esas bolsas de agua que a falta de otro tipo de calefacción se ponían en los pies y en la cama. Primero eran de goma pura y dura y aquellos engendros quemaban que daba gusto. Después se mejoró la cosa y se les puso un trozo de trapo de fieltro que recubría la bolsa, la verdad es que éstas eran más reconfortables y no se enfriaban tan rápido y también te evitaban unas cuantas quemaduras.
Ahora ya no uso bolsas de agua, bueno desde hace mucho tiempo. Ahora duermo a pelo y sólo de vez en cuando, me veo obligado a poner más ropa de abrigo sobre mis cansados pies y hoy me temo que va a ser un día de esos, pues mis pies son dos trozos o dos témpanos de hielo. Los pies fríos son como un dolor de muelas y que empieza como una molestia banal y pequeña y acaba siendo el mismo centro de la Tierra, dolor urente y profundo y dolor que late y que late con su propio latido.
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