No sé si yo me exijo todo,o el todo es el que me exige a mí,
pero sé que me exijo más de lo que puedo,
y os juro que lucho contra ello,
y es que me exijo orden,
y me exijo ser disciplinado,
orden y disciplina y dentro de mi caos.
También me exijo estudiar, leer, conocer,
sonreír, querer, amar,
y la verdad es que ya...,
es que ya no puedo más.
Me exijo levantarme y acostarme,
y en contra del deseo de mi cuerpo.
Me exijo escribir todas las horas del día,
cuando sé que algunas son huecas y vacías.
Me exijo comprometerme con cualquier causa,
y hay causas y causas,
algunas vacías,
y otras en cambio, son apasionantes. ,
Me exijo tener que quererte,
cuando en realidad,
yo sé, yo sé que no te quiero,
y no sé el motivo ni sé la causa,
sólo sé el resultado de la sentencia,
y ella dice, que sí, que si te quise,
pero también dice,
que el presente no es el mismo,
y que ese amor se diluyó con el verano,
y entre vahos, calores y sudores,
y ahora sólo queda su reflejo,
un reflejo que brilla con fuerza
y que por las noches aún brilla más,
aún brilla más que un diamante en bruto.
Me exijo dormir despierto
y con un ojo abierto,
siempre alerta y siempre dispuesto,
siempre a punto de levantarme,
y eso quema mi cansado cerebro,
y desgasta mis piezas más delicadas,
y al final,
es mi alma la que se descompone y se pudre,
y lo que puedo jurar,
ES QUE YA NO PUEDO MÁS.
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