UNA PESADILLA

Hoy tuve un sueño o mejor dicho una pesadilla, pero pesadilla. No sé como aterricé allí, pero yo estaba en mi casa de Vigo, la de mis padres, con toques familiares de esa casa y otros que eran de cosecha propia y estaban conmigo mis tres hijos. Pues estábamos en la cocina y una de mis hijos me dice: "Papá hay una rata, allí en aquella esquina" y me giré y miré a la esquina y efectivamente había una rata, allí estaba ella. La rata me miraba fijamente como si me echara un pulso con la mirada, como si me desafiara.

Me dí la vuelta buscando algo con que meterle estopa  y volví a verla, sólo que esta vez ya era más grande, más o menos ya tenía el tamaño de un perro y sus ojos se agrandaban y sus cuerpo se iba haciendo redondo y me puse a contar sus patas y ya no eran cuatro eran ocho y al final donde se suponía que tenía el culo le colgaba a modo de rabo, un aguijón que te cagas. ¡Se estaba convirtiendo en araña gigante!, pero para rizar más el rizo su cara se iba transformando en una cara humana, en concreto iba tomando forma de cara de niña, de niña buena y de buenas costumbres.

Y ahí por un momento dudé, porque el instinto me decía que tenía que matarla, pero si veía su cara aniñada me daba pena y a lo mejor me preguntaba, no era una niña-araña mala. Pero mi pequeño demonio me insistía con perseverancia: "no hagas caso de su cara, no ves que con sus cuatro patas delanteras te va a inmovilizar y después con ese aguijón gigante te lo va a insertar por el culo y hasta que te llegue a la boca. Y después medio moribundo empezara a envolverte por esa telaraña que suelta por su culo y te envolvera como un lindo capullo  y te dejara en ese estado de medio vivo, hasta que le entre hambre". Mi angelito bueno sólo me decía: "no ves que sólo es una niña-araña, pero la niña es buena y no te va hacer daño".

Al final y como siempre pudo el instinto asesino, porque su aguijón me metía pánico. Así que por última vez me dí la vuelta buscando el arma asesina y no sé como, pero me encontré un palillo gigante  y tan grande como una lanza. O sea que cogí mi lanza palillera y empecé a insertarle pinchazos,y a cada pinchazo seguía un sonido agudo y a modo de grito y yo seguía y seguía y me encegaba pinchando. De repente y por el poder de los sueños, ya no estaba en esa casa, estaba en medio de una calle siguiendo mi pelea. Había un montón de personas observándome y me sentía como el héroe que lucha contra un monstruo de película.

Al final y no sin dificultades gané la batalla y entre los aplausos de la plebe. La araña se había deshinchado como un globo pinchado, todo ella eran gases y al final quedó parte de su piel tendida en el suelo y su esqueleto iba tomando forma de esqueleto humano. Deduje entonces, que sí, que era una niña-araña o una niña que se transformaba en araña. Y según el populacho que me rodeaba y vitoreaba, para quitarle el mal que padecía y puesto que la niña-araña tenía varias vidas, había que meterla dentro de una olla y cocinarla y el caldo que quedaba había que bebérselo y para que los demás mortales no padecieran éste mal de metamorfosis.

Bueno pues fuimos arrastrándola como pudimos y para ello tirábamos de sus manos, que ahora eran  humanas. Y así hasta que llegamos de nuevo a mi casa de Vigo y delante de ella y  con una muchedumbre que parecía una manifestación multitudinaria, pues cogimos una olla gigante de cobre, parecida  a donde se cuece el pulpo y sin más preámbulos empezamos a cocinarla. Lo más curioso de todo, es que entre los asistentes estaban sus padres y que precisamente eran los más insistentes en que se cocinara a la niña-araña. Y menos mal que ahí desperté de mi pesadilla, porque sino vendría el tomarse el caldo del engendro y eso sí, ¡qué podía ser la hostia!.

Ahora que venga un listillo, de esos que hay y dicen que saben interpretar los sueños y me digan como se puede resolver semejante jeroglífico. La rata, la araña, la niña, el aguijón por mi culo, el palillo a modo de lanza, el esqueleto humano y para más inri, sus padres pidiendo a gritos que cocinaran a su niña. ¡Menudo cacao siniestro!.Sólo faltaban a la fiesta, la niña del exorcista, alien y sus hijos, el tío de la matanza de Texas y Eduardo Manostijeras y entonces el círculo si quedaría cerrado y yo en el medio y como padre de las criaturas
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JULIO CORTÁZAR