Pues sí, me he soltado la melena, la que no tengo, pero yo hablo en clave figurativa. Me he soltado la melena de los sentimientos y de los pensamientos y ahora la luzco todos los días y me la dejo mecer por el viento. El viento mi gran amigo y aliado. Porque me gusta escuchar el viento y oír lo que me dice y aquí en esta Isla hay un buen viento de Tramontana y que a veces silba y dobla los árboles y en otras te da una caricia fría. Es viento seco y frío, es viento casi del Norte.Bueno pues eso, que me he soltado y he destapado mi propia botella y ahora salen los pensamientos en forma de burbujas. Pero tengo la impresión de que se ha ido el miedo, el miedo que tenía a que todo esto se acabara y de nuevo me envolviera en la penumbra. Al parecer me siento inagotable y produzco palabras y letras como si fuera una metralleta. Y cuando pienso que ya por hoy y que ya está y que ya es suficiente, va y surge una idea nueva y después otra y otra y al final, tengo que obligarme a dejarlo.
Y lo dejo, porque sino no como, ni ceno, ni duermo. Es como estar colgado de una droga dura, en que si la dejas te entra el mono. Nadie me pide nada, yo solo me lo pido y me lo pido porque disfruto hasta la última gota. He dado un salto cualitativo a mi vida y sin necesitar a nadie, bueno a vosotros y para que me leáis. Pues no sería sincero si dijera que me importa una mierda que me lean o no, la verdad es que me importa más de lo que me gustaría o de lo que yo quisiera. Importa e importa mucho y supongo que eso será consustancial al hecho de escribir en si mismo.Y si no lo es, pues da igual, yo solo sé que os necesito.
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