Bueno y como hoy es Domingo tengo que repasar mis planes domingueros. Dios puso el Domingo para descansar, bueno se lo puso para él, pero se montó el chollo como una dictadura, los que haga el líder, igualmente lo tienen que hacer sus súbditos. O sea que nos toca descansar si o sí y sino también. Después a algunos de sus súbditos plebeyos, se les ocurrió la brillante idea de que en cada Domingo había que darle las gracias a Dios y por concedernos el poder vivir y a pesar de nuestros pecados.
Al principio eran cuatro gatos los que acudían a esa adoración del Señor, después aumentó su número y se hicieron una piña y claro, llegó un momento en que se hartaron de resfriarse por las inclemencias del tiempo y decidieron crear Templos o Iglesias. Al final, acabaron dándose cuenta de que poco a poco acumulaban riquezas y propiedades y empezaron a participar en el tinglado de la sociedad. ¿Y ahora que son?. Pues eso solo lo sabe Dios y quizás el Papa, pero creo que el que mejor lo sabe, es el Cardenal encargado de la finanzas oscurantistas de la Santa Iglesia.
Sí, siempre la historia acaba igual y la Iglesia no va a ser la excepción. La pasta, la puta pasta y entonces las creencias dejan de ser creencias y pasan a ser parte de las inversiones del Vaticano. Como veis, yo fácilmente me pierdo por los resquicios del tiempo. A lo que iba en principio, que hoy es Domingo y debía ir a Misa y para agradecerle al Señor que nos deje seguir viviendo. Me confesaré y comulgaré parte del cuerpo de Dios. Por fin, dejaré la Iglesia y ya limpio de pecado, me iré a comprar el periódico dominical y con su suplemento correspondiente. Y ya está, pues el resto de lo que haga el Domingo es una cuestión que solo marca el azar.
Al principio eran cuatro gatos los que acudían a esa adoración del Señor, después aumentó su número y se hicieron una piña y claro, llegó un momento en que se hartaron de resfriarse por las inclemencias del tiempo y decidieron crear Templos o Iglesias. Al final, acabaron dándose cuenta de que poco a poco acumulaban riquezas y propiedades y empezaron a participar en el tinglado de la sociedad. ¿Y ahora que son?. Pues eso solo lo sabe Dios y quizás el Papa, pero creo que el que mejor lo sabe, es el Cardenal encargado de la finanzas oscurantistas de la Santa Iglesia.Sí, siempre la historia acaba igual y la Iglesia no va a ser la excepción. La pasta, la puta pasta y entonces las creencias dejan de ser creencias y pasan a ser parte de las inversiones del Vaticano. Como veis, yo fácilmente me pierdo por los resquicios del tiempo. A lo que iba en principio, que hoy es Domingo y debía ir a Misa y para agradecerle al Señor que nos deje seguir viviendo. Me confesaré y comulgaré parte del cuerpo de Dios. Por fin, dejaré la Iglesia y ya limpio de pecado, me iré a comprar el periódico dominical y con su suplemento correspondiente. Y ya está, pues el resto de lo que haga el Domingo es una cuestión que solo marca el azar.
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