VIEJOS PELLEJOS, ¿Y QUÉ?

Y nada que son las 5 de la tarde y yo estoy sin afeitarme y no hablo de pelos de la cabeza, pues como casi no tengo, y así y también, tengo un problema menos. Si al final y con la vejez volvemos a nuestra tierna infancia, solo que en cambio de ser carne fresca, reluciente y tierna, nos hacemos de piel reseca y de carne dura y llena de fibras. Pero bueno hasta los bebés se nos parecen o nosotros a ellos, pues los bebés están todos rollizos y gordos y nosotros estamos en apariencia gordos, pero en realidad estamos llenos de colgajos. O sea que es una etapa vital de regresión física a la tierna infancia.

Y a un bebé, aunque no a todos, se le puede encontrar que es guapo. Pues eso, que  nosotros los viejos pellejos también tenemos el mismo derecho a estar guapos. No es cosa fácil encontrar la guapura de un viejo, salvo y claro está, los cuatro guaperas que salen en las fotos. Que más que viejos parecen pavipollos y con ese halo de pelo y barba blanca, que le da una aureola de santo y de sabio. Bueno pues de esos, solo hay cuatro, el resto somos viejos pellejos en plan descarnado.

Y tenemos bolsas colgantes debajo de los ojos, y arrugas por la frente y la cara, y hermosos pliegues que cuelgan del cuerpo y como si fueran lindas sobrasadas y los huevos encogidos y estamos calvos calvorotas y tenemos abundantes manchas en la piel y la piel es dura y acartonada y nos salen pelos por todos lados, menos en la cabeza, claro.

 Y a las tías se les caen las tetas y a nosotros se nos encoge la polla y entonces y para verla tienes que colocar un espejo en el suelo. Y la mirada se nos vuelve turbia y por tanto que ya vimos y que aún no estamos curados de espanto. Y el oído se nos hace más duro y por ello, solo nos enteramos de lo que queremos.

Bueno, pues al final de ésta descripción lo que había que preguntarse, es que si alguien puede ser atractivo con tanto encanto descrito. Pues sí, porque debajo de esa carcasa vieja y manoseada, hay un ser humano y detrás de esa mirada turbia hay mucho cariño acumulado y debajo de tanto pellejo colgante hay un cuerpo que ha visto y sentido más que nadie y en fin, porque dentro de ese cuerpo viejo, hay un mar de sentimientos. Y estas son sus virtudes y por tanto sus alicientes, no pretendamos buscar la belleza de los jóvenes en un cuerpo viejo. Más que nunca habrá que buscar la belleza interior y eso es lo importante y si no lo es, me da igual, pues a mi me sirve de consuelo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR