
Deja que te quiera,
un segundo, un minuto, un algo,
deja que el tiempo se pare,
que se pare el segundero,
que se paren las secuencias,
y que se pare el mundo,
que se pare en ese instante,
y será el instante perfecto,
o el segundo de oro,
o el minuto triunfante,
pero vayamos hacia dentro,
dentro y donde está la maquinaria
y las ruedas y los tornillos
y hagamos el amor en la esfera,
en la esfera del reloj
o en la esfera del Universo,
pero nunca demos tiempo al tiempo,
paremos el tiempo definitivamente,
y en ese momento y en ese instante,
y así tú y yo,
seremos una parte más del firmamento.
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