DOS EN UNO

A veces tengo la sensación de que mi cuerpo se queda atrás y tengo que esperar o tengo que ir a buscarlo. Porque mi mente va a toda hostia y a una velocidad constante o mejor dicho a una velocidad que va in crescendo y mi cuerpo que ya presenta límites por su uso y por el paso de los años, se va quedando atrás. Es un desdoblamiento interior, son dos seres diferentes que se quieren, pero que al mismo tiempo se repelen y se rechazan. Uno se encuentre pletórico y quiere ver y comprender todo y en cambio el otro manifiesta sin ningún pudor, su desgaste y de vez en cuando se manifiesta de forma aguda y exige un cierto descanso o pausa.

Porque vamos a ver, yo con un cuerpo nuevo y reluciente, ya sería la hostia. Una mente privilegiada y lo digo porque lo siento así y no por lo que digan los demás de mi mente y con un cuerpo Danone, ya sería el rey del universo entero. Si casi no tuviera que sobar o que descansar, estoy convencido que éste portátil que tengo en mis manos empezaría a echar humo y por el simple hecho de que lo quemaría. Si ya echo humo figurativo y porque mi cabeza es como un tumor lleno de pensamientos y sentimientos, pues si mi cuerpo me acompañara, ya sería como un tumor maligno y por tanto, no pararía de producir y exportar  células cancerígenas y malignas.

Y si, que ya sé que he pecado con un ejemplo un tanto desagradable, pero creo que es mi forma de expresar las cosas o es una de mis formas. No sé, hace 1 año iba a clases particulares de padel y ya se sabe de que va la cosa, mucha niña y niño pijo me tocaron de compañeros. Y había el profe argentino que era un vaciletas de niñas y ese día cumplía 40 años y claro el tío se había pasado anteriormente conmigo, pero no debió ser tanto, porque ya no me acuerdo del motivo, y cuando dijo en público que llegaría a los 100 años, yo le dijo en plan escopetazo, que antes de los 100 se moriría de un cáncer y por pesado con su puto cumpleaños  y supongo que por envidia de solo cumplir 40 años y sobre todo, por vengarme de lo que me había dicho anteriormente. 

Pues nada que vi miradas de perplejidad a mi alrededor y entonces me dí cuenta que me había pasado y no con él, pues era sólo devolverle su putada, pero si con los demás, pues ellos no sabían nada de nuestra guerra interna. O sea una vez más aprendí que de vez en cuando, tengo que morderme la lengua y no decir lo que pienso. Hay que saber esperar el momento adecuado y podía haber dicho lo mismo, pero en su cara y en su puto oído, porque de ese pensamiento no me arrepiento, pues eso es lo que se merece un guaperas que piensa que es el rey del mambo. Y el tío estaba muy equivocado, pues el único rey del mambo que hay, soy YO. Como se nota que ya no tengo abuela y me tengo que echar los piropos yo a mi mismo. ¡Guapo que eres un guapo!.