VIERNES 20 DE JUNIO

Y sigue dando vueltas la noria y hoy ya es Viernes de nuevo y día 20 de Junio. Menuda semana me he echado entre pecho y espalda y ahora tocan dos días de descanso y el Domingo de nuevo al tajo y puede que sea mi último hito histórico antes de las vacaciones, pero cuidado porque empiezo a tener un cierto tufo a quemado y digo cierto, por no decir del todo. Yo creo que las cosas se perciben antes de lo que se dice, otra cosa muy distinta es que le hagamos caso, porque en el fondo lo que pasa es que así lo tienes planificado y porque siempre piensas que tienes un extra de energía de reserva. Y eso es una equivocación, pues cuando te suenan las alarmas es porque estás a punto de rendirte o de doblegarte o de explotar.

Las alarmas, las malditas alarmas que te avisan de que estás equivocado y que por tanto que debes rectificar el plan previamente establecido. Suena fácil y bonito, pero existe también el compromiso y cuando quedas en una cosa, yo por lo menos me siento con el deber de tener que hacerla.Por el contrario si una cosa he aprendido en estos dos años para aquí, es que cuando las alarmas suenan, se debe actuar de inmediato. Y además ese siempre ha sido mi gran pecado, que cuando me encuentro bien y con fuerzas, me como al mundo y me creo el ser más poderoso de la Tierra y después siempre lo pago.

Yo sólo me estoy avisando a mi mismo y quiero que quede constancia de ello y para que quede claro que soy plenamente consciente. Porque sino pasa lo de siempre, que después empiezas a matizar que no eras tan consciente y que no lo tenías tan claro. Pues no señor, estoy en el uso de mis plenas facultades y ni estoy chocho, ni estoy loco, estoy cuerdo y soy el mismo gilipollas de siempre. Se acumula el cansancio físico con la saturación psíquica y con esas ganas inconmesurables de mandar todo a la mierda.

También hay que tener en cuenta que ayer me pasé dos pueblos y como no estaba haciendo el ejercicio que tocaba, pues nada que me vengué de ello y me eché dos partidos de Padel y hoy las articulaciones se resienten y duelen y emiten esos chirridos que sólo los dan cuando te has pasado con ellas. Bueno ayer, o hacía eso o me colgaba de un pino y preferí la primera opción, que me pareció la mejor y la menos lesiva. O sea que por mucho que diga, hoy estoy mejor que ayer y espero que menos que mañana. Mañana puede ser uno de los días grandes de mi vida, pues igual que percibo a mi alarmas, también escucho a mis presentimientos.

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JULIO CORTÁZAR