Y hoy y como es natural en el sitio en que vivo todo transcurra plácidamente y con esa cadencia tan caribeña, todo despacito y pensando en cada paso. Algunos le llaman ser prudentes y puede que lo sea, pero creo que de vez en cuando viene bien un sobresalto o algo inesperado y además que te sorprenda. Y parece que todo dios piensa y no es verdad, aquí se piensa como en todos los sitios o sea poco y superficialmente. Porque no nos llevemos a engaño, en general se piensa muy poco y en el día a día se funciona muchas veces en plan robot. Hoy tengo que hacer esto y porque lo tengo que hacer y mañana lo otro y por el mismo razonamiento y casi nadie se pregunta ¿el porqué?. El porqué tengo que hacerlo y de ésta forma y porque hoy y no mañana.Hay cosas elementales o de supervivencia que hay que hacer por pelotas, pero esas son algunas, que no son todas. Pero en el resto de las cosas sin darnos cuenta usamos el mismo esquema y yo lo digo, porque me pasa a mi y a mis circunstancias. Cada día en que hago balance de como me fue el día, a veces me planteo las mismas cosas y doy las mismas soluciones y tengo que hacer esto y a lo mejor pasa que cada día es un mundo muy distinto y lo que tenía que hacer ayer ya no sirve para hacer hoy. Porque por el día han pasado cosas y más cosas y entonces mis necesidades ya son y debían ser distintas.
Y cuando pienso en lo que hice durante el día, a veces me doy cuenta que hago un repaso como si fuera igual que lavarme los dientes o sea lo hago por inercia. Y esto es lo peor que se puede hacer, hacer las cosas por inercia y porque se tienen que hacer. Es cuando un plan que puede ser bonito y maravilloso un día determinado, se convierte en un esquema para los demás días. Y si algo hemos aprendido en ésta vida de dios, es que hay que ser flexibles y por tanto hay saber adaptarse a las circunstancias de cada día.Flexibilidad y destreza en resolver las cosas, pero nunca hacer las cosas porque ya estaban impuestas. Por eso viene la necesidad de hacer balance en cada día, pero si un día no estás para hacerlo y por el motivo que sea, pues se deja para el día siguiente y santas pascuas. ¡Joder!, que por un día no pasa nada y ésta tontería me la tengo que repetir cada vez que me veo sin ganas de pensar, ni de analizar nada, porque lo peor que se puede hacer es planificar el día siguiente sin ganas de no hacer nada. Lo que estaba pendiente, pues sí, pero lo nuevo se debe dejar para el momento adecuado.Y es que además aseguro que lo que se planifica sin ganas y de forma esquemática, está abocado al más absoluto fracaso, pues sencillamente no se cumple ni se hace.
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