¡Vaya diíta! escucho por la calle. Si vaya diíta de hervidero. Un poco de brisa y un poco de aire y vientos polares del Polo Norte, eso es lo que hoy le pido a Dios y por supuesto ya sé, que Dios no me lo concede. Ya estoy acostumbrado a pedir en vano, pero no por eso dejaré de pedir y quizá y a lo mejor, lo que tengo es que pedir con más fuerza y convertir la petición en una obligación y en una amenaza y Dios te obligo a hacer esto y si no lo haces, el Domingo o sea mañana yo no iré a Misa y además no comulgaré con el cuerpo de Jesucristo, que creo que es él, sólo que cuando era joven. Bueno yo también me llamaba Javier cunado era pequeñito y cuando me salieron pelos en los cojones pasé a llamarme Bruno. O sea que yo con el paso de los años también me transformé en otro ser distinto.
Y es curioso esto que digo, porque yo me cambié de nombre y en cambio ahora me parezco y más que nunca al Javier que era de pequeñito. Si al final hacemos como las pescadillas, que siempre nos retorcemos sobre nosotros mismos y acabamos mordiéndonos la cola, la cola que no el rabo. Quién me diera llegar a morderme el rabo, vamos el verdadero, pues ya sería como los hermafroditas, yo mismo me haría el amor y a todas horas. Pero de eso nada, Dios nos puso a los hombres una colita colgante y para que la fuéramos arrastrando por tierra de nadie. Los polvetes hay que ganarlos a pulso, éstos no caen como la fruta madura, la fruta hay que madurarla y antes tienes que currártela.
Como dicen algunos, follar no es amar, es simplemente follar. Y yo estoy entre ellos, a mi me apetece follar pero de momento amar y en exclusiva, no me apetece mucho. Amar en general sí, pero enamorarme ya es otro cantar muy diferente. Pues al mismo tiempo tengo esa necesidad de sentirme libre y por tanto el no sentirme poseído por el enamoramiento. Son momentos o son instantes y ahora quiero esto y mañana quiero lo otro. Pero bueno ya llevo un tiempo queriendo esto y por tanto, forma parte de mi estado actual. Y es que hay algo dentro de mí que me dice, tío estás bien así y no te vayas a encerrar con alguien, porque enamorarse es centrarte en alguien, es respirar por tí y por la otra persona, es ver no más allá de ella, es pensar todo el día y la santa noche en ella y entonces, ¿eso no es encerrarse con alguien?. Eso es obsesionarse y no digo que no sea placentero, sólo digo que en éste momento no me apetece y punto.
Y es curioso esto que digo, porque yo me cambié de nombre y en cambio ahora me parezco y más que nunca al Javier que era de pequeñito. Si al final hacemos como las pescadillas, que siempre nos retorcemos sobre nosotros mismos y acabamos mordiéndonos la cola, la cola que no el rabo. Quién me diera llegar a morderme el rabo, vamos el verdadero, pues ya sería como los hermafroditas, yo mismo me haría el amor y a todas horas. Pero de eso nada, Dios nos puso a los hombres una colita colgante y para que la fuéramos arrastrando por tierra de nadie. Los polvetes hay que ganarlos a pulso, éstos no caen como la fruta madura, la fruta hay que madurarla y antes tienes que currártela.Como dicen algunos, follar no es amar, es simplemente follar. Y yo estoy entre ellos, a mi me apetece follar pero de momento amar y en exclusiva, no me apetece mucho. Amar en general sí, pero enamorarme ya es otro cantar muy diferente. Pues al mismo tiempo tengo esa necesidad de sentirme libre y por tanto el no sentirme poseído por el enamoramiento. Son momentos o son instantes y ahora quiero esto y mañana quiero lo otro. Pero bueno ya llevo un tiempo queriendo esto y por tanto, forma parte de mi estado actual. Y es que hay algo dentro de mí que me dice, tío estás bien así y no te vayas a encerrar con alguien, porque enamorarse es centrarte en alguien, es respirar por tí y por la otra persona, es ver no más allá de ella, es pensar todo el día y la santa noche en ella y entonces, ¿eso no es encerrarse con alguien?. Eso es obsesionarse y no digo que no sea placentero, sólo digo que en éste momento no me apetece y punto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario