Me importabas tú,
y ahora en cambio,
ya no sé,
es más,
ahora pienso que no,
ahora pienso que no,
que ahora ya no me importas,
y esto lo digo con mucho dolor,
pero sí que hubo su momento,
y su momento de gloria,
y sus instantes divinos,
y si hay algo más divino de lo que fuimos,
pues que alguien levante la voz,
y si hay algo más hermoso que querer en la distancia,
pues que alguien se atreva a decirlo
y que se quede sin voz,
y que se quede sin voz,
y si hay algo que duela más que la despedida,
que alguien grite o que chille su dolor
y si hay algo entre de los dos,
y queda un resquicio o un rescoldo,
o una pequeña espina clavada en el corazón,
que lo diga bien en alto:
que me duele y que me duele más que el dolor,
y yo ahora sólo quiero una cosa,
que por fin se muera mi dolor.
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