LO DULCE

Pues aquí estamos, un poco o un mucho de hecho polvo, pero aún me queda la esencia de lo que he sido. Por dentro he sufrido una transformación y es que Dios me ha castigado, tanto meterme con los golosos diabéticos, con los de tipo 2 o sea con los que se supone que el factor determinante de su diabetes es darle a lo dulce, pues que nada, que  que me cayó la Diabetes encima. El sábado y estando de guardia tenía un colocón que te cagas, me hice una glucemia y el resultado fue el de sangre igual azúcar.

Así que desde el sábado le doy a la Insulina y ya formo parte del gremio de los glotones de las tartas. Bueno ahora todo coincide, pero yo ya lo sabía de antes, esa sed ingobernable, esa meada casi continua, ese querer comer a todas horas, esa debilidad, esa somnolencia y esa desidia. Por eso aunque jodido yo me encuentro contento, porque estoy jodido porque por mis venas y arterias corren ríos de azúcar glassé, pero contento de que por fin asumo lo que tengo y que ya me enfrento a ello.

Por dentro he sufrido la maldición de los dulces y me ha metido un buen repaso, estoy debilitado y  me duermo por las esquinas, pero ahora ya sé lo que soy a partir de hoy, soy un ser dulce y empalagoso. Yo ya sabía que era dulce, pero no tanto. Lo peor de todo es que ese manto de dulzura asesina, me nubla la vista y las neuronas y por tanto me nubla las ideas. La próxima vez me lo pensaré dos veces antes de meterme con alguien y porque al parecer hay una relación directa. Al final, puede que ocurra una cosa, que cabe vendiendo cupones de la Once junto a mis nuevos compis del gremio.

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JULIO CORTÁZAR