No sé a veces yo pienso que quiero todo, quiero tranquilidad chicha, quiero bellos paisajes, quiero que haya poco tráfico, quiero no haya aglomeraciones, quiero todo eso y al parecer también quiero las comodidades de las ciudades y como la única comodidad que tiene una ciudad es ir más rápido en el Internet, pues eso, que también me sumo al carro de la velocidad internáutica. Padezco del mal de la ambición ciegas y todo lo veo y toco, quiero que sea mío.De todas formas todo es relativo y cuando estuve en Cádiz, en la casa no había ni teléfono, ni fijo ni móvil, ni tampoco había Internet. Y me acostumbré a ello, escribía directamente en el ordenador y cuando llegué a Menorca lo tuve que pasar al Blog y aún me quedan algunos escritos en el tintero. Sí, una buena trabajera, pero lo que yo quería decir no es eso, sino que uno se adapta a lo que hay y sale hacia delante y a veces sale triunfante. nada es imposible, nada es imposible si uno pone los medios adecuados para conseguirlo. Y por otro lado hay que poner el resto de las cosa en la balanza, pues la casa de Chiclana tenía sus otras ventajas: un precioso y espléndido Pinar, un Jardín idílico y eso tiene su punto y su historia
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