ENTRAÑABLE

Pues si por la mañana me quejaba de que estaba agotado, no digamos ahora, que son las 10 de la noche. Y salvo el rato en que escribí, que sería un cuarto de hora y el de comer, que sería otro tanto, me puse a pintar como un poseso, desde las 9 de la mañana hasta las 7 de la tarde. Y aclaremos y para que no haya malos entendidos, pintar de brocha gorda, de la otra no tengo puta idea. Pero de la gorda podía hacer un master y un congreso y ahora se mezcla con agua y ahora se da una pincelada, que en la gorda significa dar un brochazo.

Eso que hoy me he realizado pintando la mona, digo pintando paredes y la conclusión es clara: no me he realizado en nada. Ha quedado bonito y ha quedado precioso, pero como yo soy el patrón y al mismo tiempo el esclavo, no me he ganado un euro con ésta trabajera. Tampoco he ganado prestigio, pues el pintar así a lo basto, no está valorado. Todo dios piensa que él lo podía hacer mejor y no te lo dice, pero lo piensa, que hay colores mejores, más bonitos y más acordes con el entorno.

Si la humanidad es muy cojonuda, pero a algunos de ellos, ante el bien y la mejora ajena, se les cruzan los cables y brotan de envidia. De todas formas no necesito golpes en la espalda ante mi obra, ni que adulen, porque me da igual lo que algunos piensen y porque el cielo de vez en cuando, se nubla de tantos cabrones que vuelan. A mi me gusta y punto y pelota, me gusta como ha quedado, me gusta el color escogido y me gusta hacer más entrañable mi casa.

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JULIO CORTÁZAR