LA LEY DEL APLAZAMIENTO

Menos mal que cuando dios hizo al hombre y a la mujer les dotó de inteligencia, pues gracias a ella, se puede volver hacia atrás. Lo digo, porque cuando tropiezas con un obstáculo y te caes, siempre puedes volver hacia atrás y ver por donde lo puedes superar. Es una oportunidad más que te dan, es una nueva posibilidad de superar. Porque esto yo lo sé tal como lo saben los demás, pero ¿cuantas veces seguí hacia delante y sin querer volver a mirara hacia atrás?.

Muchas y muchas  y todas ellas en aras al no querer volver a enfrentarme, todas con un denominador común: ya más adelante lo haré. La ley del aplazamiento, esa ley que hace más daño que otra cosa, esa ley que hace que se acumulen los temas pendientes, esa ley de cobardes. Porque no es por otra cosa, en el fondo, es puta cobardía. El aplazamiento tiene su pequeño plazo, como mucho de un día para el otro y porque hay días en que estás sobrepasado o muy cansado, pero se supone que al día siguiente tienes que retomar.


Porque nunca se darán las condiciones aptas pero aptas de verdad. Y además cuando ya has aplazado es porque el tema te duele o te escuece, por tanto el dolor es inevitable pues no hay nada en éste mundo que no produzca dolor. El esperar a resolver algo con cero de dolor, es una forma más de aplazar. Y el estaba esperando a tener el día propicio y a que las astros se alinearan, es una forma de disculpa más. Los problemas hay que cogerlos por los cuernos y si se te clava uno, mala suerte y sino se te clava ninguno, pues mejor y si te clavan los dos, pues la has jodido. Pero más vale joderla luchando a que te jodan sin más, por lo menos así tienes alguna posibilidad de ganar.

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JULIO CORTÁZAR