Yo tengo un gran problema congénito y no es ningún deficit físico, digamos que más bien, es psicológico o como se llame al tema de los Vicios. Yo nací vicioso, que no goloso, sino vicioso de todos los vicios habidos y por haber y dado que cojeaba de ese lado, siempre tuve una especie de atracción fatal con los vicios. Probé el fumar y me colgué del fumadero y aún sigo ahora. Probé la priva y estuve colgados unos bastantes años de las botellas y llegué a pensar que el mundo era una gran botella de alcohol. Probé el costo o la hierba y hasta que no me sentó como dos patadas en los huevos, fumé varias cosechas y a todo trapo.
Probé el Caballo y me cago en mi existencia, pues ésta droga no es como las demás, ésta droga cambia de sitio tus neuronas y las pone del revés y al final, te convierte en un descerebrado de mierda. Yo he visto gente que amaba la vida y después de probar el caballo, sólo quería su muerte. El Caballo es como Atila, todo lo arrasa y nada vuelve a estar en su sitio. Trabajito me costó salir de ese atolladero, trabajito, recaídas y dar un buen coñazo a los pocos que me aguantaron.
Probé la Farlopa y nunca me gustó. Me pone como una moto desbocada, me entra un ansia disparatada y al final y para calmar el monstruo que llevo dentro, me tengo que beber cinco barrilles de gin tonic. Y ya se sabe que la Farlopa dura poco y cuando se despide de tu cuerpo, te encuentras en un estado de coma etílico. También probé ácidos y hongos alucinógenos, pero a mi lo de alucinar queimicamente no me va, ya alucino bastante en mi estado de normalidad. Pues señores de todos me quité y a mucha honra, menos el consabido tabaco de los huevos. ¿Y como me encuentro?, pues me encuentro también, que ahora no logro interpretar las claves que me llevaron a esos parajes tan llenos de sombras y de malos sueños. Pero como dicen los de Alcohólicos anónimos y aunque hayan dejado de privar: "soy un alcohólico", pues yo tengo que decir: que no fui un vicioso, sino "que soy un vicioso" y hasta que la muerte nos separe.
Probé el Caballo y me cago en mi existencia, pues ésta droga no es como las demás, ésta droga cambia de sitio tus neuronas y las pone del revés y al final, te convierte en un descerebrado de mierda. Yo he visto gente que amaba la vida y después de probar el caballo, sólo quería su muerte. El Caballo es como Atila, todo lo arrasa y nada vuelve a estar en su sitio. Trabajito me costó salir de ese atolladero, trabajito, recaídas y dar un buen coñazo a los pocos que me aguantaron.Probé la Farlopa y nunca me gustó. Me pone como una moto desbocada, me entra un ansia disparatada y al final y para calmar el monstruo que llevo dentro, me tengo que beber cinco barrilles de gin tonic. Y ya se sabe que la Farlopa dura poco y cuando se despide de tu cuerpo, te encuentras en un estado de coma etílico. También probé ácidos y hongos alucinógenos, pero a mi lo de alucinar queimicamente no me va, ya alucino bastante en mi estado de normalidad. Pues señores de todos me quité y a mucha honra, menos el consabido tabaco de los huevos. ¿Y como me encuentro?, pues me encuentro también, que ahora no logro interpretar las claves que me llevaron a esos parajes tan llenos de sombras y de malos sueños. Pero como dicen los de Alcohólicos anónimos y aunque hayan dejado de privar: "soy un alcohólico", pues yo tengo que decir: que no fui un vicioso, sino "que soy un vicioso" y hasta que la muerte nos separe.
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