TODO FUE BONITO MIENTRAS DURÓ

A veces pienso en como he llegado hasta aquí. Pienso que mi niñez fue una mierda patatera o eso dicen los psicólogos y porque yo no lo siento así. Mi niñez fue dura y muy dura, pues como antes dije, mi niñez estuvo rodeada de hostias en vinagre y de todos los tipos y de grandes secretos innombrables, secretos que eran defensivos y porque para mi Madre y según el día o de como cantó el Gallo, todo o casi todo estaba prohibido, pero nunca bajaba del casi y entonces, yo guardaba mis secretos y porque sino, sabía que me esperaba una mante de bofetadas que me hacían entrar en calor pero a costa de dolor. Por tanto me hice un niño huraño, raro y extraño, pero al mismo tiempo no me introvertí, es decir, cuando podía era un niño rachado de alegría.

Pero claro al final, acabé haciendo mi propio mundo y era un mundo aparte de todos y donde la violencia se convertía en una paz desastrosa. Y por eso mi Madre me decía: "niño tú vives fuera de éste mundo, tú vives ensimismado en tus propios pensamientos" y eso es todo un signo, de debilidad. Y entonces y de vez en cuando me caían otras hostias gratis y por no ser comunicativo con ella y eso sí que no, nunca podría ser comunicativo con ella, pues iba a saber la verdad y la verdad no era de su gusto y menos lo era, la mía. Nunca y nunca caí en su trampa de que dijera lo que yo pensaba y yo decía que sí y no le contaba nada y por tanto la cosa siempre acababa con la frase susodicha: "a éste niño no hay quién lo entienda".

Y bueno y así trascurrió mi niñez. Después empezó el tema hormonal a saltar y yo a saltar con él. Y porque de repente, me quise comer el mundo, quería ser jipi, quería ser revolucionario, quería follar como un condenado y quería un mundo mejor y lo quería, ¡YA!. Y cuando empecé a ver que no era tan YA, coincidió con mi bajada hormonal y con la Universidad. de todas maneras en la Universidad me metí en todos los fregados y además, disfrutaba como un poseso y asambleas y manifestaciones y aulas paralelas y juicios y de vez en cuando me acordaba que estudiaba Medicina y me metía dos o tres meses la medicina por los ojos. Y la verdad, es que todo fue bonito, mientras duró.

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JULIO CORTÁZAR