¿QUIÉN SABE LO QUE ES MEJOR?

Lo duro no es vivir, lo duro es tener que vivir sabiendo, sabiendo de que va la vida, sabiendo que poco a poco se va apagando tu mecha y sabiendo que ya es tarde para muchas cosas. Lo duro no es en sí la muerte, lo duro es la preparación de la muerte y el pedir perdón o no por tus hechos. Porque el perdón hay que pedirlo y ya sea con o sin razón, pues uno sabe muy bien cuando tiene que pedirlo y porque nuestra vida está llena de traiciones y de malas actuaciones. Bueno, también está llena de lo contrario, de aciertos y buenos hechos, pero estos no necesitan ser perdonados y en tal caso, necesitan ser recordados. Pedir perdón y pedirlo sinceramente y hay que hacerlo por una simple razón, por dejarle al otro la pelota en su tejado y entonces, ya depende de él la respuesta.

De alguna forma hay que desnudarse antes del último viaje y eso se hace abriendo y cerrando puertas y a éste le pido perdón y al otro, me cago en sus muertos y en sus ancestros. Claro que éste es un ejercicio que pocos debemos de hacer, porque yo sigo esperando a personas, a personas que significaron algo en mi vida. Yo ya di mis pasos, yo ya eché culebras y sapos y también dije bellas palabras o adjetivos a otras personas y aún sigo esperando su respuesta. A éstas alturas de la vida, sé que lo que ya no se dijo, no se va a decir en el último momento y por eso sé, que su respuesta es el silencio. Por tanto no todos vivimos dentro del mismo cuento, unos, como yo, queremos morir siendo sinceros y otros, quieren morir pensando que fueron buenos.

Y aquí no me valen las viejas estrategias, esas que dicen que quizá más adelante y en otras circunstancias, las cosas serían de otra manera y porque no hay mucho tiempo para el más adelante. Si señores, el tiempo empieza su final y los relojes se paran. Claro que lo que más te duele es el sentimiento, ese que te dice, que sentiste mucho por esa persona y que por un fallo o una mala táctica, esa persona sigue escondida. Y es que en la viña del señor hay de todo, hay personas que guardan su resentimiento hasta que les reviente por dentro, pero bueno, si aún así son capaces de dormir, pues que sigan existiendo y es que ¿quién sabe?, ¿quién sabe lo que es mejor?.

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JULIO CORTÁZAR