Pues son las 2 de la tarde y ya me está entrando la gusa o ese hambre desaforada que te entra cuando tienes hambre y es un hambre demasiado angustiosa, es que como no comas ahora mismo, le partes las piernas a alguien y te quedas tan intranquilo, porque romper piernas no alimenta, a no ser que quieras dar mejor alimento a tu agresividad, pero bueno, puestos así de crápulas y de agresivos, también puedes crujir huesos de la cara, aplastar músculos hiperdeformes o hipertrofiados de tanto gimnasio, arrancar uñas con alicates, morder en la yugular a tu enemigo o al que que simplemente te cae mal y por ser o ser un borde. Claro que la agresividad que da el hambre es otra cosa y me acuerdo de algunas personas, algunos le llaman amigos o amigas, que conocí en otros tiempos y que se transformaban en verdaderos monstruos por el puto hambre.
Y la cantinela era: ¿y porque no comemos aquí? y ¿porque nos vamos a ir a comer tan lejos? y ¿porque si tengo hambre, no puedo comer YA? y ese YA era categórico y claramente, amenazante. Y un viaje con una persona de éstas características, se hacía insufrible y porque su vida se le dividían en putas comidas y mañana ¿qué desayunamos? y aún estábamos sin digerir la cena...Y si mañana vamos a comer carne asada con patatas de la tierra y de primero, comemos una patatas con huevos y de postre, unas patatas congeladas y además, pasaba que esa persona siempre llevaba provisiones por si acaso...por si acaso se acababa el mundo y cerraban los restaurantes y las tiendas o por si acaso nos quedábamos aislados en la nieve o nos caía un rayo y nos partía en dos o en tres...pero esas provisiones nunca se tocaban, pues por si acaso pasaba un por si acaso de esos por si acasos posibles.
Total que al resto de la vasca le tocaba chupar unas buenas dosis de sus cabreos alucinantes y es que su cara de mala hostia, era como de malo de cómic y metía pavor. Y al final ¿qué pasaba?, pues que entrabas en el primer bar o restaurante que estuviera abierto y aunque fuera una puta mierda de bar o de bareto y aunque nos pusieran un plato de mierda rodeado de moscas, daba igual con tal de mantener calmada a la fiera y así se callara de una puta vez. Y al carajo los demás y al carajo ese maravilloso sitio que se quedaba sin ver y porque no estaba planificado ir a verlo después de comer, que también tiene bémoles la cosa, pero ya se sabe que en los viajes en grupo, en grupo de amigos y conocidos, hay gente para todo: hay el planificador que impone un horario estricto de visitas, hay el comilón que todo lo devora, hay el pusilánime que todo le molesta, hay quién quiere llevar siempre el puto coche y hay quién se espabilaba llegada la noche y por el día, solo dormitaba.
Y la cantinela era: ¿y porque no comemos aquí? y ¿porque nos vamos a ir a comer tan lejos? y ¿porque si tengo hambre, no puedo comer YA? y ese YA era categórico y claramente, amenazante. Y un viaje con una persona de éstas características, se hacía insufrible y porque su vida se le dividían en putas comidas y mañana ¿qué desayunamos? y aún estábamos sin digerir la cena...Y si mañana vamos a comer carne asada con patatas de la tierra y de primero, comemos una patatas con huevos y de postre, unas patatas congeladas y además, pasaba que esa persona siempre llevaba provisiones por si acaso...por si acaso se acababa el mundo y cerraban los restaurantes y las tiendas o por si acaso nos quedábamos aislados en la nieve o nos caía un rayo y nos partía en dos o en tres...pero esas provisiones nunca se tocaban, pues por si acaso pasaba un por si acaso de esos por si acasos posibles.
Total que al resto de la vasca le tocaba chupar unas buenas dosis de sus cabreos alucinantes y es que su cara de mala hostia, era como de malo de cómic y metía pavor. Y al final ¿qué pasaba?, pues que entrabas en el primer bar o restaurante que estuviera abierto y aunque fuera una puta mierda de bar o de bareto y aunque nos pusieran un plato de mierda rodeado de moscas, daba igual con tal de mantener calmada a la fiera y así se callara de una puta vez. Y al carajo los demás y al carajo ese maravilloso sitio que se quedaba sin ver y porque no estaba planificado ir a verlo después de comer, que también tiene bémoles la cosa, pero ya se sabe que en los viajes en grupo, en grupo de amigos y conocidos, hay gente para todo: hay el planificador que impone un horario estricto de visitas, hay el comilón que todo lo devora, hay el pusilánime que todo le molesta, hay quién quiere llevar siempre el puto coche y hay quién se espabilaba llegada la noche y por el día, solo dormitaba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario