Dicen que las cosas a pequeñas dosis entran mejor, eso dicen, aunque yo no soy mucho de esa escuela y la mía dice, que cuanto antes entren, será mejor. O sea me tienes que dar un gran disgusto, pues venga no te frenes, ni te pares y méteme el dedo en la llaga o en donde tú quieras, porque una cosa es el sufrimiento agudo y otra cosa, es la tortura del poquito a poco. Y si la cosa es jodida, que lo será si andas pensándolo dos veces y el como decirlo y el no te quiero hacer daño, pues la prefiero oír in vivo, en directo y a lo bruto. Bueno, yo soy así de bruto y así de claro. Y me cuesta un huevo y la yema del otro, matizar las cosas y cubrirlas de falso y aparente brillo anodino y es que entre el prólogo y el epílogo, me quedo con el epílogo.
Claro que hay quién dirá que se puede empezar por el principio y después ir de capítulo en capitulo y hasta llegar al epílogo y yo eso lo respecto, pero no lo comparto y lo respecto porque es el orden más lógico y razonado...pero a mi en estos casos me puede más el lado inhumano, pero inhumano porque quiero ser claro y no por otra cosa. Sí, debía ser más didáctico, pero pasa que yo no nací para ser profesor de la vida y nací solo para ser yo mismo y con mis virtudes y con mis defectos. Lo que intento decir, es que yo no soy perfecto y ahora solo describo mis imperfecciones y que gusten más o que gusten menos, pero en definitiva, son mis propias imperfecciones.
Porque en todo lo que escribo intento ser yo mismo y por encima de todo, pues no se trata de una escritura educacional, sino más bien, visceral. Y claro que me he ganado muchos enemigos usando éste método y a veces, he acertado y otras veces, he metido la pata y hasta el fondo y por eso alguna vez he intentado ser más suave y pragmático, pero pasa que por el medio siempre me pierdo con absurdas explicaciones que no vienen a cuento y al final, me olvido de lo que quería decir. Por eso voy directamente al grano o al meollo de la cuestión y por eso me he cargado a unas cuantas personas. Y yo podría cambiar, pero no quiero, porque mi ADN no es didáctico y no acepta ni las normas, ni las leyes y solo mira, que tienes que decir lo que tienes que decir.
Claro que hay quién dirá que se puede empezar por el principio y después ir de capítulo en capitulo y hasta llegar al epílogo y yo eso lo respecto, pero no lo comparto y lo respecto porque es el orden más lógico y razonado...pero a mi en estos casos me puede más el lado inhumano, pero inhumano porque quiero ser claro y no por otra cosa. Sí, debía ser más didáctico, pero pasa que yo no nací para ser profesor de la vida y nací solo para ser yo mismo y con mis virtudes y con mis defectos. Lo que intento decir, es que yo no soy perfecto y ahora solo describo mis imperfecciones y que gusten más o que gusten menos, pero en definitiva, son mis propias imperfecciones.
Porque en todo lo que escribo intento ser yo mismo y por encima de todo, pues no se trata de una escritura educacional, sino más bien, visceral. Y claro que me he ganado muchos enemigos usando éste método y a veces, he acertado y otras veces, he metido la pata y hasta el fondo y por eso alguna vez he intentado ser más suave y pragmático, pero pasa que por el medio siempre me pierdo con absurdas explicaciones que no vienen a cuento y al final, me olvido de lo que quería decir. Por eso voy directamente al grano o al meollo de la cuestión y por eso me he cargado a unas cuantas personas. Y yo podría cambiar, pero no quiero, porque mi ADN no es didáctico y no acepta ni las normas, ni las leyes y solo mira, que tienes que decir lo que tienes que decir.
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