Creo que lo que más me cuesta es escribir sin fumar...por eso del automatismo y de la repetición de las viejas costumbres y por eso concluyo que el fumar escribiendo está en mi código genético. No nací fumando pero casi y es que a los pocos años me enganché a éste vicio perverso, pocos lo digo ahora que estoy en los 60 años, yo creo que tenía sobre 15 o 16 años cuando empecé a comprar tabaco y mirar si fumé y fumé, pues desde esa santa edad del pavo no paré nunca más. Y yo quiero parar ahora y además, estoy seguro que lo conseguiré, porque me conozco y cuando quiero conseguir algo, lo consigo, bueno lo consigo cuando estoy empeñado y ésta vez, lo estoy. De momento mis ansiedades más profundas están controladas, salvo cuando me pongo al volante del coche...porque ahí, no controlo mi agresividad latente.
Y no es que vaya haciendo aspavientos, ni amenazas verbales, ni físicas, no señor...porque de alguna manera me controlo o procuro controlarme, pero el tema son mis pensamientos, que son agresivos hasta la bandera...no sé, si fuera por mis pensamientos descuartizaba a unos cuantos tíos y les metía el tubo de escape o el coche por su puto culo...Ahora mismo conducir me desquicia, pero porque previamente ya estoy desquiciado y además, como también me he prohibido fumar en el coche, tengo todos los argumentos posibles e imposibles para tener que matar a alguien.
Para matar no hacen falta muchos argumentos, sólo hace falta estar muy descerebrado, pero el acto en sí de matar es muy fácil: le cortas el cuello o le disparas en la boca y si quieres hacerlo más poquito a poquito le arrancas la piel a tiras y al mismo tiempo, le sacas los ojos...no sigo... porque noto que me está gustando y ¡qué placer me está dando!. Tranqui tío e ingiere buenos alimentos vegetales, pues dicen que los vegetales al carecer de sangre, bajan los índices o tasas de la agresividad.
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