Y sigue lloviendo y siguen sonando los truenos y nos saludan los relámpagos y que maravillosa es la vida...Yo en mi ideal tengo mi tiempo, tengo mi estación preferida, tengo mis rayos y truenos, tengo a mi mar embravecido, tengo la lluvia como mi verdadera amiga, tengo el tono gris debajo de mi boca. Claro, que por otro lado, está la claridad de un día brillante y claro, de su luz desbordante y con ese poder de abrirte el Iris...y que bonito nombre "Iris" y es que si yo hubiera tenido una hija le hubiera puesto "Iris" y por como suena y por lo que significa y porque me suena a música celestial. Además es uno de esos nombres que no se puede encoger o extender más, no se puede encoger el Ir o en Is o extender en Irita o Iriña, como poder se puede, pero no suena.
No es como Manuel, que pronto se transforma en Manolo y quién lo encoge lo pasa a "Lolo" o quién lo extiende lo deja en Manoliño (muy frecuente en mi tierra gallega) o Manolito (en castellano). Que tiene cojones la cosa y de Manuel (que suena muy bien) pasamos a Manolito (que suena fatal). Es como lo de mi hijo pequeño, que se llama Miguel y siempre hay algún imbécil que le llama Miguelito, pues no señor, es Miguel y con todas sus letras y tío si quieres poner un diminutivo a alguien te lo pones a ti mismo y a lo mejor te llamas Pedro y pasas a llamarte Pedrito (qué mira que es bonito, Pedrito). No sé porque hay gente que sólo quiere disminuirte y hacerte pequeño y dócil.
Yo con mis dos nombres tampoco lo dejo tan fácil: con Javier se puede quedar en Javi o en Javieriño (como decía a veces mi madre, muy pocas veces) o con Bruno, que se puede reducir a Bru pero tampoco suena o extender a Bruniño o Brunito y así puestos me quedo con lo de Bruniño que es más entrañable y cariñoso....pero en el fondo de todo me quedo con el nombre tal y como es, o sea me quedo con Javier o con Bruno y punto. Los diminutivos llevan mucho de compasión, de pobrecito (otro diminutivo) tío que naciste medio descerebrado o eres medio discapacitado, no sé, suena a salida de Misa y cuando había que hacer un acto caritativo...
No es como Manuel, que pronto se transforma en Manolo y quién lo encoge lo pasa a "Lolo" o quién lo extiende lo deja en Manoliño (muy frecuente en mi tierra gallega) o Manolito (en castellano). Que tiene cojones la cosa y de Manuel (que suena muy bien) pasamos a Manolito (que suena fatal). Es como lo de mi hijo pequeño, que se llama Miguel y siempre hay algún imbécil que le llama Miguelito, pues no señor, es Miguel y con todas sus letras y tío si quieres poner un diminutivo a alguien te lo pones a ti mismo y a lo mejor te llamas Pedro y pasas a llamarte Pedrito (qué mira que es bonito, Pedrito). No sé porque hay gente que sólo quiere disminuirte y hacerte pequeño y dócil.
Yo con mis dos nombres tampoco lo dejo tan fácil: con Javier se puede quedar en Javi o en Javieriño (como decía a veces mi madre, muy pocas veces) o con Bruno, que se puede reducir a Bru pero tampoco suena o extender a Bruniño o Brunito y así puestos me quedo con lo de Bruniño que es más entrañable y cariñoso....pero en el fondo de todo me quedo con el nombre tal y como es, o sea me quedo con Javier o con Bruno y punto. Los diminutivos llevan mucho de compasión, de pobrecito (otro diminutivo) tío que naciste medio descerebrado o eres medio discapacitado, no sé, suena a salida de Misa y cuando había que hacer un acto caritativo...
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