Se acerca tormenta con viento y lluvia, tormenta eléctrica y de sonoros truenos y es que la densidad del aire es tan espesa que se puede cortar como un queso y tal como a mi me pasa cuando estoy espeso de pensamientos y hoy lo estoy, estoy espeso y mirar por donde, por exceso de sueño. Ayer había dormido 3 horas de mierda y hoy me quise vengar de tal desagravio pero creo que me pasé un poquito, dormí 9 horas seguidas y agora ¿como voy a estar?, pues empanado. Mi teima u obsesión es encontrar el punto medio de todo, de cada acto, de cada acción, de cada decisión y la verdad, es que fallo más que una escopeta de feria. Siempre me desvío, siempre apunto al centro y acabo hacia un lado o hacia el otro. Le llaman desviación natural o sea, que ya naces desviado.
Yo nací de izquierdas y radicalizado, yo nací solidario (aunque siempre se puede mejorar), nací zurdo y contrariado y siempre viví en el borde o en el filo de las cosas, como si al hacer algo y al mismo tiempo, necesitara ver lo que hay al otro lado. Y no por desconfianza, sino y más bien por curiosidad, porque yo quiero conocer y saber lo que me espera si hago esto o lo otro. Nací mirando al mar de Vigo (al océano Atlántico) y aunque no me gusta bañarme en sus aguas frías, tengo que tenerlo a la vista, digamos, que ahí tiene que estar y como mi más fiel compañero,. Nací mirando el mar y moriré mirando al mar, principio y fin de mi vida.
Nací espléndido y derrochador, la pasta me quema los bolsillos y el cutrerío me pone de los nervios. No soporto al tacaño, al que se esconde con tal de no pagar o al que justo se va al baño a la hora de pagar, porque eso me indica la mezquindad de su podrida mente, me indica que piensa más en lo que ha ahorrado que en lo que se debía gastar. Y eso encoge a la mente y la convierte en una garrapiñada. Ser espléndido no tiene nombre, ser espléndido indica que te importa mucho menos lo material, que prefieres el dulce sabor del buen acto, del buen hecho, de lo que se debe hacer, es decir te importa la sensación y esto, los que van de cutres y tacaños nunca lo entenderán, porque no son capaces de entender que hay mundos paralelos y en los cuales no domina el dinero y lo que realmente domina es el placer de compartir y no el de poseer.
Y bueno que os puedo contar...que de tan espléndido que fui conmigo y con los demás, he pasado épocas de auténtica sequía...tieso y seco y sin nada más que lo puesto. Y después dicen que todo se puede cambiar, pero no saben que hay cosas que nunca se podrán cambiar, como por ejemplo, si has nacido espléndido o tacaño, porque el que es espléndido calculará una o dos veces, pero después se le escapa su vena espléndida y el tacaño te invitará dos veces, pero nunca dejará de calcular lo que se ha gastado o te dirá: yo te he invitado dos veces y ahora tú me tienes que invitar otras dos veces...Y es que no hay solución con quién ha nacido con un puto euro en su cabeza.
Yo nací de izquierdas y radicalizado, yo nací solidario (aunque siempre se puede mejorar), nací zurdo y contrariado y siempre viví en el borde o en el filo de las cosas, como si al hacer algo y al mismo tiempo, necesitara ver lo que hay al otro lado. Y no por desconfianza, sino y más bien por curiosidad, porque yo quiero conocer y saber lo que me espera si hago esto o lo otro. Nací mirando al mar de Vigo (al océano Atlántico) y aunque no me gusta bañarme en sus aguas frías, tengo que tenerlo a la vista, digamos, que ahí tiene que estar y como mi más fiel compañero,. Nací mirando el mar y moriré mirando al mar, principio y fin de mi vida.
Nací espléndido y derrochador, la pasta me quema los bolsillos y el cutrerío me pone de los nervios. No soporto al tacaño, al que se esconde con tal de no pagar o al que justo se va al baño a la hora de pagar, porque eso me indica la mezquindad de su podrida mente, me indica que piensa más en lo que ha ahorrado que en lo que se debía gastar. Y eso encoge a la mente y la convierte en una garrapiñada. Ser espléndido no tiene nombre, ser espléndido indica que te importa mucho menos lo material, que prefieres el dulce sabor del buen acto, del buen hecho, de lo que se debe hacer, es decir te importa la sensación y esto, los que van de cutres y tacaños nunca lo entenderán, porque no son capaces de entender que hay mundos paralelos y en los cuales no domina el dinero y lo que realmente domina es el placer de compartir y no el de poseer.
Y bueno que os puedo contar...que de tan espléndido que fui conmigo y con los demás, he pasado épocas de auténtica sequía...tieso y seco y sin nada más que lo puesto. Y después dicen que todo se puede cambiar, pero no saben que hay cosas que nunca se podrán cambiar, como por ejemplo, si has nacido espléndido o tacaño, porque el que es espléndido calculará una o dos veces, pero después se le escapa su vena espléndida y el tacaño te invitará dos veces, pero nunca dejará de calcular lo que se ha gastado o te dirá: yo te he invitado dos veces y ahora tú me tienes que invitar otras dos veces...Y es que no hay solución con quién ha nacido con un puto euro en su cabeza.
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