Lo único que yo no sé
es cuando amaneceré muerto,
porque del resto lo sé todo,
conozco al miedo y hasta sus agallas,
reconozco al amor a millas de distancia,
sé que detrás de las personas hay algo que ni ellas saben,
dicen, que es el otro Yo...
quizás el Yo del psiquiatra
o quizás el otro Yo de las películas,
de las que vimos y de las que nos contaron,
pero pasa que esas mismas películas nos las han contado muchos psiquiatras
y cuando veo a uno, me digo...
pero si éste tío es como Yo,
es igual de imbécil, igual de gilipollas
y exactamente igual de atrevido
pero es que cuando lo ves subido al Púlpito,
sino es Dios... es algo parecido,
por lo menos siempre se adornan de su eterna verborrea
y él que puede...
se adorna de una melena blanca desgajada y siempre interesante,
como si él no quisiera que le creciera pero que ahí está...
vivimos en una sociedad de mierda
y con apóstoles disfrazados de Psiquiatras,
no me fío ni de uno...
y más cuando he comprobado que son tan humanos e inhumanos como Yo,
que sienten y padecen lo mismo que Yo,
que se debilitan por parecidas cosas,
que sufren similares tentaciones,
que odian y aman con el mismo desparpajo que Yo,
que se cagan en todo y porque sí y porque hoy me entran las ganas
y sin mediar más explicaciones
y esa pizca que les queda de humanos los debía hacer más entrañables,
pero resulta que no,
ellos tienen que demostrar que están por encima de ti
que si necesitas algo, te recetarán pastillas...
que si ellos necesitan algo
no te dirán nada y te aplazarán a su consulta
y para después, no decirte nada,
la debilidad no está entre sus cuatro paredes,
ni está debajo de sus títulos,
lo suyo es la Psiquiatría para el que se siente agobiado
y lo tuyo es decir no a tanta sabiduría de mierda.
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