NO, NO LO ENTIENDO

No, no lo entiendo,

no entiendo porque el mar me saluda,

si para él debo ser un minúsculo objeto

que se mueve muy despacio,

que se desplaza con sus dos patas,

que habla y que sueña en alto,

que a veces, susurra y que se preocupa por su entorno,

pero ¿qué soy yo al lado de su inmenso poder?,

no creo que el mar me dedique un sólo segundo,

porque además le tengo mucho respecto y miedo,

y eso impone silencio respetuoso,

y debo inclinarme ante su belleza aterradora,

porque es belleza tranquila

pero también es belleza insondable y negra,

es como la belleza de una noche negra,

que por un lado, está llena de encantos

y que por el otro, se oyen aullidos de Lobos,

la belleza y el miedo van unidos,

porque no todo es belleza tranquila y suave,

como no todos son besos en la madrugada,

también puede haber lágrimas y lloros desconsolados,

pero la belleza se mantiene igual,

porque la belleza no es entumecerse entre largos abrazos,

es mucho más...

la belleza lo es todo

y menos mal que lo es todo...

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JULIO CORTÁZAR