Tengo clavados trozos de metralla,también tengo... algunos días atravesados,
así como...
unos cuantos huecos dejados por el azar,
y una memoria de instantes fugaces,
y unas caricias sin manos,
y unas miradas furtivas,
y un rosario de noches en vela,
unos anhelos incomprendidos,
así como tengo en mente...
el dulce sabor de la fruta prohibida,
tu mirada perdida,
la mía buscándote,
y como si fueran encuentros en la tercera fase,
yo te digo una cosa
y tú me dices otra
también tengo sitio para los otros huecos...
para nuestras incomprensiones
y un día pasaste por delante de mí
y yo no te vi...
no estaba, me había ido,
no era yo y era el otro,
era el que se proyectaba,
era el que te miraba
y te atravesaba sin entender nada...
pero sin darle más importancia
porque al final, lo que prevalece
es que pasaste por mi vida
y después, emprendiste la huida,
pero hiciste lo que según tú tenías que hacer,
pues para salvar el pellejo y los muebles,
primero hay que mudarse de piel
y en eso has sido mi maestra
y a pesar de todo tengo que decirte,
que me alegro de haberte conocido
y hasta ahí llego
y de hasta ahí no paso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario