Han dado las 12
y de momento,
no hay agitación en el campanario de la iglesia,
sólo hay el silencio temeroso del crujir de dientes.
Vuelve el covid19 por sus fueros,
y va llamando de casa en casa con los nudillos de la muerte,
¿puedo entrar?- pregunta-
pero antes de que tú digas nada
ya se ha instalado en la cocina de tu casa,
se sienta sobre un taburete
cruza los pies sobre la mesa,
se enciende un cigarrillo todo vírico
y exhala virus por su chimenea demoníaca...
de nuevo,
estamos ante una guerra que nos agrede en la cara,
de nuevo,
somos centro y diana
y carne de rata de laboratorio,
de nuevo
la muerte se pasea por delante de nosotros,
y con la ironía dibujada en su cara
se burla de nuestros miedos y temores.

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