Podría haberte dicho tantas cosas
que al final,
sé que apenas te he dicho alguna,
porque no hubo tiempo,
porque no era el momento,
porque tenía tantas y tantas cosas dentro de mi cabeza,
porque hoy no y será mejor mañana,
o al día siguiente
o para el año que viene...
Ahora y en éste momento
te veo tan preciosa con esa luz otoñal
que se me nubla la vista y la razón,
y solo quiero comerte a besos
y dibujar sobre tu piel
un mapamundi de caricias
y hasta que no pudieras más
o saltaran las alarmas de tu cuerpo,
y hasta que me dijeras...
¡socorro que me muero!
y es que podría haberte dicho tantas cosas
que al final...
sé que apenas te he dicho alguna.

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