
Yo no te niego un beso,
ni dos, ni tres, ni cien...
te niego el hecho en sí del beso,
te niego su humedad, su lujuria,
su estructura, su emoción, su pasión,
yo te doy el beso... y te lo doy,
pero será seco y aburrido,
será como besar y comer un corcho,
será como un espejismo del que tiene sed,
será una coartada inventada,
o será como un beso de serpiente,
primero, te apretará,
segundo, te ahogará,
y al final, te matará
y nunca sabrás si el hecho de tu muerte
ha sido por su veneno mortal,
o porque te ha convertido en un amasijo de carne y huesos.
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