Amo la diferencia,
los defectos,
las imperfecciones,
las personas raras, entrañables y extrañas,
los animales con dos cabezas o con dos rabos con o sin entrelazar,
amo los objetos rotos y mal pegados,
amo las ideas locas
y la buena música de mis peores años...
No me gustan los discursos de paja y de relleno,
ni las personas ciegas de mentalidad
y me saca de quicio su eterna obediencia de verdad de fe.
No me gusta la quietud del mar siempre calmo,
ni la nada de los días sin viento y sin aspavientos,
ni las certidumbres de los pensamientos únicos,
ni las ideas que necesitan ser tocadas
y como se deben tocar
y como mandan los santos protocolos.
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