ME PUEDEN MÁS LOS INSTINTOS


Sonrío bajo la lluvia.

De ortigas y espinas me visto y me adorno

cada mañana.

De gris me quedo sino veo la luna.

Codo con codo y diente con diente

y siempre y siempre... avanzando septiembre.

No hay quién pueda dormir

con el gato que araña en mi estómago,

ni con ese monstruo que acecha por el techo.

No hay ruidos más allá de mis propios ecos,

ni hay exabruptos fuera de mi oscura y lúgubre cueva.

Yo, repito,

yo sonrío bajo la lluvia,

sonreír cuesta muy poco,

y al llover me crecen los dientes,

en fin, que no entro dentro de mi.

Concluyo:

me pueden más los instintos 

y las ganas de comerme el mundo.





que .

Soy más grande de lo calculado,

me miden y me tienen por un enano mental,

pero dentro de mi cueva,

soy el gigante más grande que hay.

Soy yo y no ruego a dios,

es más,

me siento ateo de penas,

no creo en vos, en el otro

y en ningún otro.



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JULIO CORTÁZAR