Y DESDE ESE DÍA NO SÉ NADA MÁS DE TI

 


Nuestra historia fue muy sencilla y demasiado breve.

Nos sentamos en el suelo,

nos vimos a la cara,

vi una lágrima deslizándose por tu mejilla,

y tú pensaste

éste tío no me quiere

y al mismo tiempo, yo me dije...

hice todo esto

y no me siento correspondido.

Sin más

nos levantamos del suelo,

cada uno sacudió su ropa

y nos volvimos a mirar,

y sin decirnos nada más,

cada cual emprendió su camino de vuelta.

Y desde ese día no sé nada más de ti.

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JULIO CORTÁZAR