Que yo me gire, es una cosa
que tú me hagas girar, es otra cosa muy distinta,
que tú me digas,
que tú me mandes que haga y que deshaga,
que ahora sí,
que después, ya no,
que te quedes tranquilo
(me dices, a veces),
que hoy va a llover
y que mañana sale el sol
y porque tú lo dices....
pues...ya no.
El tiempo de concesión se ha acabado,
ahora soy un maleducado,
no tengo paciencia ni quiero tenerla,
no escucho ni oigo
y menos si a cambio me pides tiempo.
Ahora soy de la secta de....
"para lo me queda en el convento me cago dentro"
.

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