No hay mucho más que decir,
el tiempo y su pesar van a pasar igualmente,
las palabras pueden producir el mismo dolor,
las ausencias seguirán siendo vacíos de aire,
el jazmín seguirá regalando aromas,
la enredadera del patio seguirá ascendiendo hacia el espacio,
el limonero seguirá dando inmensos limones,
el día dará paso a la noche
y ésta a su vez, le dará paso al día,
y todo seguirá en orden dentro del caos en que hemos vivido,
tú, te levantarás todas las mañanas y dirás
¡joder! que bonito está el día
y yo, mientras tanto,
estaré regando mis plantas
y pensando en el porqué no llueve más en la vida
y porque lo bueno que hay en nosotros
no puede ser de crecimiento espontáneo.
Sabes...al final...
la lluvia es la que nos salvará
de todas nuestras paranoias.

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