MORDISCO DE PIRAÑA


Cuando tú te lleves todo lo que te he dado,

antes, dime adiós y después, cierra la puerta,

la vida reclama que demos otro paso hacia no sé sabe donde.


Cuando tú te vayas,

antes, tienes que dejar que entre el aire,

nuestra habitación ha quedado desordenada y muy viciada

un te quiero se ha quedado olvidado debajo del sofá,

una media de seda rota en el respaldo de una silla,

un calzoncillo entre las sábanas,

un sacacorchos en la mesilla,

dos vasos,

una botella de vino vacía, le acompañan en su soledad,

una caja de pastillas (mis medicinas, supongo),

un limón partido por la mitad (que no sé que hace aquí),

una vela recién apagada, aún humeante,

un cenicero de otros tiempos (por lo menos, de los míos),

un proyecto de viaje dando vueltas por el suelo,

un libro abierto

una botella de agua medio llena o medio vacía (según se mire),

tu sujetador encima de la cama y mirando al techo,

nuestros cuerpos entrelazados como dos serpientes,

caricias y besos,

el aire, por el medio no corre,

más vicio,

más sofoco,

más hoguera,

y más ardor en el estómago...

A veces las mariposas vuelan dentro de tu estómago

pero una vez que levantan vuelo

el hueco dejado es un mordisco de piraña.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR