La tarde transcurre con ese indecente aire en el que todo me sabe a poco,
parece que no pasa... y pasa
y es más, parece que me habla y yo me hago todo oídos y orejas,
aunque sólo escucho zumbidos y ruidos,
y después esa especie de rayo sonoro,
me traspasa de proa a popa,
a la vez que sube y baja de intensidad,
a la vez que sube y baja de intensidad,
que va de lado a lado y cambiando de lugar,
y se acaba incrustando con todo su veneno,
y se acaba incrustando con todo su veneno,
al fondo de mi conducto auditivo,
al fondo y a mano derecha
y por favor caballero, tire de la cadena.
La tarde creo que me mata
la tarde me ha matado hace rato,
fue mi primera muerte y el preámbulo de las otras muertes venideras,
ahora tengo mi carne presta para ser enterrada,
me he vaciado de aire comprimido,
he contraído mis atrofiados músculos,
he cerrado el grifo a mis sensibilidades más tristes,
me he arrancado los ojos con saña
me he cortado las venas en rodajas
y en mi honor he encendido una vela
me he arrancado los ojos con saña
me he cortado las venas en rodajas
y en mi honor he encendido una vela
esa misma que ahora preside mi despedida definitiva.

No hay comentarios:
Publicar un comentario