
Jipi, isla, arena,
playa, sol, pinos y todo lo que le resta a ésta película
y que a continuación,
os voy a contar y narrar.
Y ella se dice
que vende su creación al más altruista
y se hace de oro, si puede y se le dejan
y si se lo permiten las autoridades pertinentes
que siempre le han dicho lo que tiene que hacer
y como lo debe de hacer
y que ella y como gran artista de ésta isla,
siempre cumplió y a pies juntillas.
(obediente y hasta la mierda que tenemos enfrente)
Soy una libre pensadora que va por libre,
siempre se decía,
soy una linda mariposa en mis horas libres,
soy ese trozo de carne que dice que piensa
y en realidad en lo único que piensa
es en salvar sus creaciones de aire, cartón y mucha mierda.
Y es que todo dios quiere salvarse cuando se hunde el barco,
desde el capitán hasta la condesa de los ojos marrones como soles que se nublaron
por aquél entonces,
la que decía que volaba sin alas
y que en los atardeceres de mi preciosa Menorca,
la cabeza le daba vueltas como una posesa desenfrenada,
y que el alma se la partía en dos pedazos
que eran dos soles de otros mundos y de sus propios temores.
Claro todo esto, según ella.
Hay quién se vende
y hay quién se sabe vender
y yo conocí a una mujer
que se supo vender y adornarse con las apariencias del ser buena persona,
sonreía y yo pensaba que se iluminaba por dentro,
me decía una sola palabra
y yo volvía a pensar que me estaba recitando un poema de amor desgarrador,
y al final resultó ser,
una hiena que se había escapado del puto circo de ésta isla.
La vida es así
y yo antes de tocar el suelo
estuve instalado en lo más profundo del techo
y soy más ave rapaz que buen chaval
y más intriga y más misterio
que brujo en las noches de luna llena.
Yo, en los días en que me pongo nublado
toco algo
y me hago serpiente que se arrastra por los lodos de la vida,
y entonces cuando retrocedo y por instinto,
resulta que siempre aparezco en otoño o en invierno.
Y ahí, por cierto,
es donde me quiero quedar.
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