
No,
no estoy masticando cristales,
sólo me estoy comiendo los despojos
que han sobrado después del puto botellón.
Plástico, papel, cristales rotos,
mierda fina de chico bien que huele a lacoste,
y de chica guai entre la semana,
pero ¡válgame dios!,
en el finde soy otra y otro.
En fin, no se puede ser siempre lo mismo,
para poder mear antes hay que beber a destajo y sin control
y sobre todo, hay que ser gilipollas sin condición,
y así orinar en los portales con devoción
y así vomitar en los jardines con todo su amor,
que siempre dirán,
que es incomprendido,
porque sino la cosa no tiene la gracia que tiene que tener,
todos somos hijos o padres del botellón,
pero algún día hay que saber decir ¡¡NO!!.
Y aunque sea a cañonazos,
pero por favor,
que no se vuelva acostar la luna con semejante sonrojo.
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