
Yo no temo... que tú me quieras,
porque hace tiempo que perdí mi cordura entre la niebla,
pero tampoco aspiro a más,
tú eres un sentimiento
y que yo sepa,
los sentimientos no son de carne y hueso.
Son simples entelequias que vuelan entre suspiros y besos,
que se criaron entre algodones y como señores,
que se hicieron fuertes con el viento de poniente
y que a veces, se superponen a todos los temores...
pero de ahí a cantar victoria
y proclamar que el amor ha vencido,
hay un profundo y gran abismo por el medio.
Ahora me toca sacar la ropa mojada
y tenderla en la cuerda floja
y esperar que en mi jardín florezcan las hortensias y los tulipanes.
Ahora soy un desenamorado
que ha sangrado por todos sus orificios
y yo cubro y tapo cada herida abierta
pues ahora me siento
más esclavo de mis propias emergencias.
Ahora toca sobrevivir sobre el alambre
y yo estoy en ello
y espero no perder nunca más mi delicado equilibrio.
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