
Es tiempo de castañas y calabazas.
Es tiempo de soñar despierto y dormido
y sin ojos y a todo trapo.
Es tiempo de pasar página
y dar una última mirada a lo que fue el verano,
que seguro, que no lo fue tanto,
que nos conocemos todos
y menos lobos caperucita.
Seguro que en verano te enamoraste perdidamente,
y fuiste el tío más feliz del mundo,
pero eso te pasó un verano,
que no en todos
y más adelante y como mucho
y si la suerte te ha acompañado
a lo mejor tuviste algún amago de enamoramiento.
Pero no,
el verano no es tiempo de enamorarse,
la excepción sólo confirma la regla.
Para enamorarse está el otoño y el invierno
y la primavera la dejamos para que florezcan las flores
y los cerezos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario