
Es tiempo de cobijarse.
Es tiempo de levantar y sacudir alfombras,
el verano las llenó de polvo, paja y arena de playa
y ahora toca sentarse
y disfrutar del suave y entrañable paisaje otoñal.
Es tiempo de leña
y de escribir viejas historias que se habían quedado en el tintero
u olvidadas en la mesilla de noche.
Es tiempo de rebelión
y de hacer lo que nunca pudiste hacer
o de lo que no te dejaron hacer.
Tardes otoñales,
lluvia en la ventana,
recuerdos arrancados del fondo del armario,
la vela siempre encendida,
chispas y destellos de la chimenea,
y el inolvidable olor a deliciosa mandarina.
Otoño...
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