La idea era otra,
la idea era empezar de nuevo,
hacerse un hombre de verdad,
ponerse el traje de valiente
y salir a la calle
y si hiciera falta,
ponerse a matar.
Ésta la idea original,
o la idea ideal para algunos
que se tragan día sí y día también
esos guiones de pelis de malos muy malos
y de polis siempre muy buenos
que al final,
aunque se descontrolen un poco,
acaban siempre volviendo
al guión o redil establecido.
La idea era otra,
pero ese tipo de guiones,
que por desgracia nos invaden
como hiedras que crecen en nuestro cerebro
me están destrozando hasta mi otra idea.

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