HABLEMOS DE TODO ESO

 


En cambio de hablar de dios o de los dioses,

hablemos de los hombres y mujeres,

hablemos de la carne, hueso, piel, cerebro y pulmones,

hablemos de los pecados que cometemos por ser mortales,

hablemos del hígado, riñones y estómago,

y de las tripas y entrañas

y del alma perdida desde aquél día

y de los sueños...

y de los poderosos sueños

que a veces nos doblegan

y que nos hacen pensar

que podemos cambiar el mundo...


Hablemos de todo eso,

porque ya estamos hartos de hablar

de nuestras penas y miserias de esclavos.

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JULIO CORTÁZAR